¿Cómo mejorar la comunicación con adolescentes? La adolescencia es una etapa de grandes cambios emocionales, sociales y cognitivos. Para padres, madres y profesionales de la educación, entender cómo se comunican los adolescentes es esencial para construir relaciones sanas y de confianza. En psicología, distinguimos tres tipos de comunicación entre adolescentes y adultos. Cada una requiere un enfoque distinto y puede influir profundamente en el vínculo afectivo.
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Comunicación afectiva: Cuando el adolescente quiere hablar
Este tipo de comunicación surge cuando el adolescente decide compartir sus emociones, experiencias o inquietudes. Suele aparecer en momentos inesperados, como justo antes de dormir o en el coche camino al instituto.
Es importante mantener una actitud receptiva, escuchar sin interrumpir y sin juzgar. Debemos intentar no corregir en ese momento y tomar nota para retomar ese tema en otro momento.
Si el adolescente se siente escuchado, volverá a confiar. Si se siente juzgado, se cerrará emocionalmente.
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Comunicación efectiva: Cuando el adulto inicia la conversación
En este caso, es el adulto quien quiere hablar. El adolescente, al no haberlo elegido, puede mostrar cierta resistencia suspirando, evitando el contacto visual y respondiendo con desgana.
Es, por tanto, importante ser breves, claros y directos. Hay que elegir bien el momento sin olvidarnos de respetar su espacio emocional. La clave está en transmitir el mensaje sin provocar desconexión.
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Comunicación superficial: El puente cotidiano
Este tipo de comunicación es útil para mantener el vínculo diario. Se basa en hablar de temas neutros, sin carga emocional, como, por ejemplo: música, deporte, cotilleos, moda, etc.
Una buena opción puede ser utilizar este tipo de comunicación en comidas o cenas, evitando conversaciones profundas en esos momentos. Al fin y al cabo, consiste en mostrar interés genuino por sus gustos.
Este tipo de comunicación crea un ambiente relajado y accesible, para que el adolescente se sienta cómodo.
En resumen, hablar con adolescentes no siempre es fácil, pero todo puede ser comunicación, por lo que es importante prestarles atención. No hay un único modo de comunicarse. Lo importante es escuchar, conectar y respetar sus momentos.