Cómo manejar las rabietas infantiles

Cómo manejar las rabietas infantiles puede ser un gran desafío, a pesar de formar parte de una etapa natural en el desarrollo infantil. Aprender a gestionarlas correctamente no solo ayuda a calmar la situación en el momento, sino que también fomenta habilidades emocionales clave en los pequeños.

¿Por qué ocurren las rabietas?

Las rabietas suelen aparecer entre los 18 meses y los 4 años, cuando los niños/as todavía están aprendiendo a regular sus emociones y expresar sus necesidades. Factores como la frustración, el cansancio, el hambre o la necesidad de autonomía pueden desencadenarlas.

Estrategias para gestionar las rabietas:

  1. Mantén la calma: Los niños/as tienden a reflejar las emociones de los adultos. Si tú mantienes la serenidad, les ayudarás a tranquilizarse.
  2. Validar sus emociones: Frases como “Veo que estás enfadado porque no puedes jugar ahora” les enseñan a identificar lo que sienten.
  3. Ofrecer opciones: En lugar de decir “No puedes hacer esto”, plantea alternativas viables para que sientan control sobre la situación.
  4. Evitar recompensas por la rabieta: Si cedes ante el llanto para calmar la situación, aprenderán que gritar les ayuda a conseguir lo que quieren.
  5. Tiempo y espacio para calmarse: Un rincón de tranquilidad les puede ayudar a procesar la emoción antes de continuar con la actividad.
  6. Reforzar conductas positivas: Felicita sus esfuerzos cuando logren calmarse sin recurrir a una rabieta.

La importancia de la gestión emocional

Enseñar a los niños/as a regular sus emociones les ayuda en su desarrollo socioemocional, promoviendo habilidades como la resiliencia y la empatía. Hay cuentos, que puedo recomendarte que ayudan a trabajar toda esta temática. Fomentar la educación emocional desde una edad temprana no solo reducirá la intensidad de las rabietas, sino que también fortalecerá su capacidad para afrontar conflictos en el futuro.

Por tanto, como psicóloga experta en psicoterapia infantil y de adolescentes, considero de gran relevancia trabajar esta gestión emocional tanto con los niños/as como con los padres o cuidadores de cara a trabajar ciertas herramientas para manejar las rabietas.